"La Historia no se repite. La Historia rima."
Mark Twain
La memoria colectiva de los pueblos, de las naciones, no se preserva sola, asi como tampoco se preservan solas las instituciones y por ende, tampoco la paz. Como bien lo apuntó Donald Kagan en su libro "On the Origins of War and the Preservation of Peace", debe existir un grupo cohesionado de individuos que estén dispuestos a hacer valer las leyes y por ende mantener la robustez abstracta que suponen conceptos como "Respeto", "Tolerancia" e "Interés Colectivo", por mencionar algunos.
Entre estos conceptos abstractos que no se preservan solos se encuentra la ética. Dentro del ADN de cada nación, existe un enorme catálogo de Ethos que la definen dentro de la comunidad del planeta. Todos los sub grupos sociales surgidos de los primeros habitantes del planeta hace unas 75 generaciones atrás, y por ende, cada grupo (con las variantes de rigor) autodefine sus creencias, sus dogmas, sus "leits motifs" y por ellos, igualmente a través de la historia, ha dado muerte y se ha dejado matar. La ética juega aquí un rol fundamental, porque se le considera como uno de los principales caractéres de una nación, pero cuando el pegamento moral que mantiene unidos a los habitantes de un país comienza a secarse (de nuevo, por falta de preservación) las fisuras sociales comienzan a colarse por las hendijas de manera desafiante entre los distintos habitantes y esos principios comienzan a sufrir. Con el paso de los años de políticas sociales inejecutables (ora por imposibles, ora por incompetentes) los individuos de esa nación comienzan indeteniblemente un proceso de separación cuasi-embriónica de aquél útero de principios sociales, morales, familiares, legales y de cualquier otra índole que forma la fibra moral del grupo, y se nota con el paso del tiempo, la creación de "copias" sociales de los ciudadanos mismos. Un grupo comienza a educarse, a estudiar, a obtener trabajos y dinero para levantar sus familias. Otro grupo, crece a la sombra de políticas estadales de poca monta, separandose cada vez más de aquellos principios originales, los cuales se ve forzado a intercambiar por actos y conductas que bajo otras ópticas son plenamente rechazados. Sin embargo, este grupo desarrolla, transforma, amolda y establece a su propia necesidad de creencias, una etica a la cual responde de la misma manera como nosotros respondemos en defensa de las nuestra.
Esto genera los choques sociales que en Venezuela están llegando a un punto de quiebre. La falta de preservación de los principios sobre los cuales se fundó nuestra Nación, ha generado que los mismos hayan sido suplantados bajo nuestras propias narices durante años y años de gobiernos que olvidaron que esos principios había que protegerlos. Sencillamente y tal vez sucedió así, nadie nos dijo nada y no se nos ocurrió. No fuimos lo suficientemente "vivos" como colectivo social para darnos cuenta del precio que pagaríamos por no preservar los benditos principios como la ética, y ahora resulta que nos está llegando la cuenta y no tenemos suficiente capital moral para pagar. Tenemos como ciudadanos venezolanos, bien que vivamos fuera de Venezuela o los que viven en el país, demasiados asuntos personales que atender y no nos alcanza el capital para hacer una "vaca moral" entre todos y comprarnos una caja de Etica para echarnos una buena pea de valor. No señalo a nadie, creo que es una responsabilidad colectiva por omisión.
En cualquier caso, este análisis no es expiatorio, no busca señalar culpables sino las causas por las cuales tenemos, en la actualidad, un solo país con dos éticas distintas. Existe la ética que yo defiendo y en la que creen ustedes que leen esto y a quienes respeto profundamente, pero no puedo dejar de darme cuenta que el Chavismo es más que un movimiento o una inclinación política. Es una cultura que se ha creado paralela a la nuestra y que con el paso del tiempo, nos ahogará cada vez más sino nos ponemos pilas pronto. Pareciera silentemente que la otra ética, la que Hugo Chávez bien le enseñó a su "pueblo" (que insisto, no es tan pequeño como se cree) se está imponiendo por más que nos moleste aceptarlo, así como puede ser molesto aceptar que sí existe otra ética, y que es esa otra ética la que está decidiendo como lleva a Venezuela, como la arrea mientras pasa el sofocón, si es que pasa. ¿Quién sabe? a lo mejor no está muerto el hombre; ¿Quién sabe realmente que sucede más allá de los rumores que escucha? Yo no se mucho, de eso estoy seguro. Yo creo que se murió, pero no se, no me lo han enseñado aún, por así decirlo.
La ética es el gran libro donde los grupos sociales escriben sus principios. Sin esta, la discordia y otros efectos dañinos comienzan a aparecer, pero no por esto debemos ser ciegos al hecho que quien nos confronta tiene una ética distinta a la nuestra. Para nosotros será buena o mala, no es el objeto de este escrito calificar o juzgar el hecho. Busco que entendamos qué es lo que motiva a los que están gobernando de facto a Venezuela; cuales son, más allá de lo que sabemos y que suena del perogrullo repetir, los deseos y aspiraciones que los llevan a conducirse de la forma que lo hacen. ¿Es pillaje y malandreo solamente? ¿Es resentimiento social llevado al extremo de la torcedura de la ética original?
Creo que es un tema complejo, que va mucho más allá del mero hecho político. En 14 años, o más bien, desde el día que Hugo Chávez se escondió cuando dio el Golpe de Estado en el '92, hemos comenzado a vivir con el chavismo, aunque no creamos en él o nos le opongamos. El Chavismo se ha convertido en ese vecino molesto, abusador, buscapleitos, invasor y todo aquello negativo que como consecuencia de su existencia nos haya sucedido, pero no dejar de ser real. Esto es más un fenomeno social que político, porque envuelve ya las emociones, las posiciones más íntimas de cada individuo. Solo un fenómeno de tanta fuerza puede dividir familias y países enteros, y es aquí precisamente donde las dos éticas chocan, se enfrentan, se contraponen, se ven a los ojos y llevan años soltándose carajazos, aunque pareciera que puede ponerse peor (por muchas razones) pero una de las más importantes, por su peso y gravedad, en el malabareo de sentimientos con el cual Maduro y compañía juegan con esa ética chavista precisamente, esa que les enseñó el Taita antes de salir de viaje de la Hacienda junto con una lista de tareas pendientes mientras él vuelve de pelear con Florentino. Maduro no entiende (no le da la cabeza, nunca le dará, joder) que él no es el próximo Taita, así como no lo es Diosdado o Jaua o ninguno. Para el pueblo chavista, para los "hijos de Chávez", estos señores no son más que meros capataces, mayorales. No son, a los ojos de la peonada, dignos de suceder al Taita Chávez, quien a su vez y cuando comenzó a hacer política ataviado en su impecable liqui-liqui planchado luego que Caldera nos echó esta gran vaina, hablaba de Maisanta como uno de sus héroes. No es difícil sacar la cuenta.
Es en ese juego de maromerismo social en el que está metido el Gobierno de Facto que dirije a Venezuela se corre el riesgo que se le caiga una de las bolas con las que está haciendo la maroma. Cuando esos que lloran a Chávez se den cuenta del enorme engaño a los que fueron sometidos por los capataces de la Hacienda, se les puede poner difícil el asunto y como siempre sucede, con mayores o menores variaciones, terminará más de uno colgado de un poste, al mejor "Mussolinni Style", lo cual no luce muy ético.
Vayan y pregúntenle a los civiles europeos luego de la derrota de los alemanes si era eticamente cuestionable fusilar a los colaboradores o a las mujeres que durmieron con los oficiales enemigos a ver que les responden. La ética es vulnerable porque puede ser "ajustada" a otras realidades y aún seguirse creyendo en esa nueva versión como si fuera la original.
Juancé
@juanescritor