Todo el mundo es machito hasta que le sueltan la primera mano.
Primero que todo, tengamos en cuenta lo que recién vimos en TV anoche desde todas partes del mundo; venezolanos y extranjeros; opositores y chavistas (incluida la nueva sub-especie politica: Maduristas). Vimos un pleito de colegio, de esos de un lado del salón al otro, la revirada y la invitación de "a la salida nos vemos, mariquito!" en donde por un lado Henrique Capriles, nuestro querido Underdog, lleva sobre sí el cansancio de años y años de invitación al pleito disfrazada de acusaciones constantes y descalificaciones hacia quienes no apoyamos ni física, ni emocional ni política ni nadamente a Hugo Chávez Frías ni a su proyecto de Gobierno, cualquiera que éste haya sido.
Por el otro lado, y así como el bully que se hace del patio de juegos, Hugo Chávez fue el muchacho rudo que, por no decir que se murió, lo mudaron de colegio, y ahora se quedan con el patio los que sin el Bully eran nadie, fueron nadie en Venezuela. Los de peor y más baja calificación académica, social y ni comentar las credenciales morales, todas ampliamente cuestionadas. Por el otro lado, estamos nosotros, que no andamos pendientes de darle golpes a los demás y que si bien (y léase bien) no nos identificamos con sus creencias respetamos sus espacios. Y sin embargo, siguen los insultos y las descalificaciones, ahora "in crescendo" porque desde que murió Hugo Chávez Frías, Nicolás Maduro Moros en su condición fáctica de Presidente Candidato Comandante Encargado en Ejercicio, entiende que no disfruta del toque mágico que acompañó al Taita de Sabaneta y que por así decirlo, le falta el burdel que a Chávez le sobraba. Por esto, va a comenzar a hacer que lo respeten claro, abrógandose para el Pueblo Chavista los insultos supuestos de los opositores y denunciando en forma de peligrosa arenga.
Como buen muchacho resentido, Nicolás no entiende cómo es que funciona el sistema democrático. Es incapaz de entenderlo porque no posee la capacidad mental para hacerlo. Llevó mucho golpe de niño. Así de simple. Por eso se lanza como can famélico sobre las declaraciones de Henrique, las cuales obviamente le cayeron y lo sentaron de rabo como una mano de hora de recreo que ni él mismo esperaba. Como todo aprendiz de peleón guapo y apoyado, tenía rato buscando pleito hasta que el flaco se le arrechó y le soltó un puño que no fue de caramelos. Envuelto en la cobertura de noticias de este lado del Mundo y en medio de este recreo forzado que ha venido con el Duelo Nacional, Henrique Capriles le estampó un tremendo golpe a la imagen de Nicolás Maduro, de por sí bastante afectada por lo rápido que ha sucedido todo en estas últimas dos semanas y su falta de experiencia que ya comienza a pasarle la factura antes que se acabe la cena. A Maduro se le nota cansado, agotado, emocionalmente frágil aunque con un sentido enorme de lo que él considera que es su deber. Por otro lado, Henrique vino fresco, entrenó en los bosques de New York, por allá por White Plains, y me lo imagino como un Rocky criollo, cargando leños enormes en la nieve, barbudo y espartano mientras en Caracas, el nuevo campeón se pone gordo y se infla de la gloria que cree merecer. Esa frescura de Henrique fue la que anoche sintió Nicolás Maduro y por eso a esta hora y desde anoche, carga un bistec frío en el ojo para evitar que se le ponga morado.
Al mismo tiempo y para mayor predicamento, hay una verdad lapidaria en todo este asunto. Henrique Capriles sabe con cuántos votos cuenta Nicolás Maduro no. A Nicolás sólo le queda hacer unas cuentas y calcular cuántos votos-llanto puede convertir para mantenerse en el poder y seguir siendo el Presidente. De ahí su discurso inmediato al terminar las declaraciones de Capriles y de ahí las reacciones que observamos de Diosdado Cabello e iris Varela entre otros, tildando de miserable a HCR y ladrando órdenes a todos los gobernadores del país a mantenerse en pie de lucha. La campaña de Henrique Capriles por su lado, debe enfocarse unicamente en evitar que los chavistas light voten por Maduro porque sus votos están seguros, más aún desde que la ausencia política de Chávez comienza ya a hacerse notar de manera amplia. Esa es la misión de la oposición: lograr que al menos un millon de chavistas se abstengan de votar. Esto se logra de la manera cómo Henrique dirigió sus palabras anoche. Buscando denunciar el enorme circo político que levantaron los Maduristas desde la muerte de Chávez y la manera repudiable cómo han (y seguirán utilizando) el cuerpo del finado para seguir exprimiéndole beneficios al nuevo "Cristo de América del Sur", como ellos mismos lo llaman.
Al flaco le pesa la mano. No hay duda. Ahora hay que esperar que el Presidente llorón nos siga acusando con sus amigos a ver si lo defienden. Nosotros debemos hacer lo mismo. La pelea es el 14, al lado del carrito de perros. Recuerden, las reglas son de pelea callejera.
Juancé Gómez
@juancescritor
Como siempre tu articulo es muy acertado.Mis felicitaciones.
ResponderEliminarGracias!
EliminarExcelente articulo.
EliminarTienes mucha razon la pelea es peleando, hay que salir a votar.
Te Felicito
Angela
Gracias Angela. Asi es. Hay que salir a votar el 14 de abril sin falta.
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