jueves, 14 de marzo de 2013

El Rancho Ardiendo








"Las Bases Llenas...no hay outs...al bate Henrique Capriles....Capriles....Capriles"


Así, como se escuchan los altoparlantes del Estadio Universitario en medio de un juego Caracas  Magallanes, así se escucha Venezuela.  Un enorme campo de beisbol en donde estamos jugando los azules contra los rojos.  El juego lleva 14 innings y parece que viene el turno grande.  El pitcher abridor del otro equipo se retiró a causa de una enfermedad penosa (tipo Lou Gehrig) pero el juego no se termina.  Salió un relevista a mantener la ventaja pero vino con el brazo frío y descontrolado.  El cuarto bate del equipo azul está encendido y lleva de 2 - 2.  En su reaparición al bate le pegó dos líneas sólidas al equipo rojo y dejó al descubierto que el relevista no está a la altura del juego, porque no tiene talento y lo que tiene es un brazo loco que es propio de una caimanera por allá por los patios de trenes del Metro de Caracas. 

Lo curioso es que el manager de los rojos no es venezolano.  Siguiendo con el espíritu entreguista de algunos compatriotas, el equipo rojo llamó a su manager Fidel Castro, leyenda cubana del baseball político caribeño a que les salve la partida. Una especie de Luis Tiant eterno.  Este Manager tiene años con ganas de quedarse con el parque de beisbol que era de nosotros los venezolanos porque el suyo, por allá en La Habana, le quedó chico para su grandeza.  Desde los años en que lanzaba con una pelota de trapo hecha Cuba en los años 50, siempre sintió que era el elegido para lanzar encuentros más grandes, como el séptimo y decisivo juego de una serie final.  Por eso se hizo agente libre y decidió probar suerte con Venezuela cuando entró por Machurucuto, pero aquí ya se jugaba con pelota de spalding y lo cayeron a palo limpio.  Hoy, pitcher retirado y manager legendario, revisa su roster y se da cuenta que le quedan pocos jugadores.  Se la jugó con Nicolás y le salió mal la gracia, porque tiene el país con las bases llenas y la oposición al bate.

Ahora, ¿porqué Fidel, con tanta experiencia sobre la lomita, coloca a este amateur a lanzar?  Es obvio que tenía mejores relevos. Diosdado es un tremendo cerrador como Mariano Rivera y José Vicente parece un Charlie Hough cuando lanza, con pelotas tipo sinker que caen suavecitas y a las que no se le puede hacer swing.  Pero no, Fidel se buscó a Nicolás Maduro, un muchacho sin talento y sin brazo que le caía bien al pitcher anterior y decidió darle la pelota para que terminara el juego, cosa que aún no ha sucedido.

Nicolás frente al plato parece al pitcher de los Osos Revoltosos.  Desde que Fidel lo pidió caminando a la lomita, vino corriendo enérgicamente desde el bullpen, cruzando la línea de cal y saludando a sus fanáticos que gritaban "!Arriba mi Pitcher!".  Cuando comenzó a lanzar lo hizo con puras bolas afuera y desde entonces no lanza un strike de esos que no se pueden batear, cerca de las letras.  Por eso es que ahora comienza a arrimarle la pelota a la oposición, cerca de la cabeza, buscando intimidar al bateador.  A una golpeada va a venir la tangana, porque en este juego el árbitro también es amigo del equipo rojo y a Nicolás no lo van a echar del partido por jugar sucio.

Sin embargo, la oposición tiene una buena alineación y no cae en provocaciones. Si bien entiende que tiene carreras en contra, también cogió prácticas de bateo en el spring training.  Así como a Galarraga le cambiaron el swing por allá a comienzos de los 90's cuando jugaba con los Rockies, la oposición aprendió a batear con ambos ojos abiertos y de frente al pitcher y es obvio que existe un nuevo coach de bateo que aconseja al equipo opositor.  A lo mejor un fanático conocedor del juego le sugiere estrategias desde las gradas (Un J.J. Rendón, quizá?) y le está diciendo a Capriles las señas del catcher por lo que ya sabe por donde viene Maduro cuando se prepara para lanzar otro de sus pésimos pitcheos.

Maduro comenzó lanzando rectas de humo, cuando empezó a recordarle a todo el mundo lo "grande" que era el pitcher abridor y que él seguiría fiel a su estilo de pitcheo, pero mientras Chávez tenía un repertorio de bolas de nudillo, rectas de dos y cuatro costuras, cambios de velocidad y sliders, Nicolás lanza puras pelotas fofas y francas, disfrazadas de curvas que rompen al final o de rectas de más de 90 millas en la esquina de afuera. El problema es que ahora sus fanáticos comienzan calladamente a abuchearlo mientras embasa jugadores contrarios. Pareciera que ya se miran las caras y sus ceños se fruncen mientras se dan cuenta que este pítcher no es aquél pitcher y que este ni idea tiene de las señas.

Castro no sabe qué hacer.  Va a volver a perder en esta liga.  El pitcher está agotado y aún no viene el Noveno Inning.  Nadie calienta en el bullpen.  Capriles no es ya un muchacho de ligas menores.  



El juego no se acaba hasta que se termina, como dijo el famoso Yogui Berra.



Juancé Gómez
@juancescritor



2 comentarios:

  1. Excelente .Para los que manejan el vocabulario del juego de pelota esta muy bien ,y muy ajustado a la verdad.Ya contamos con un grande liga.

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  2. Gracias! Este pitcher Capriles tiene buen brazo y buen récord. Veamos que tanto lo ayuda el bateo de nosotros, su equipo.

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